Alimentación: D/../..
Alojamiento: Hotel ****
En el recorrido de nuestra primera jornada, visitamos la plaza de Imán, donde se encuentran el palacio de Alighapu, las mezquitas de Sheikh Lotfolah e Imán y el gran bazar (si no es viernes). Después el palacio Chehel- Sotun o de las Cuarenta Columnas. Por la tarde noche, visitamos sus puentes medievales.
PLAZA DEL IMAM O NAGHSH-I JAHAN
Con forma rectangular, tiene una superficie de 8000 metros cuadrados (el doble de la plaza Roja en Moscú), es la más grande del país y la segunda del mundo. Data del año 1612 y se encuentra perfectamente urbanizada con una arcada todo alrededor, un palacio, dos mezquitas y la puerta de acceso al bazar que la rodea. Está toda ella ajardinada y es un lugar de paseo y de descanso en los días de fiesta de los iraníes. Antiguamente los monarcas safávidas la utilizaron como campo de polo, por lo que se conservan aún los postes de portería.
PALACIO DE ALIGHAPU
Data del siglo XVII y es sin duda una obra palaciega maestra del período safávida. Con una altura de 48 metros, tiene seis pisos, cada uno con decoración propia. Su amplio vestíbulo de entrada, está delicadamente decorado con relieves policromados y tiene una capacidad para 200 personas. Desde su terraza, se tienen excelentes vistas de la plaza y de los tejados de la ciudad
MEZQUITA DE SHEIKH LOTFOLAH
Es una joya arquitectónica construida por mandato del monarca Sha Abbas I. Su estructura es muy diferente a cualquier otra mezquita iraní, no tiene ni patio, ni alminares. La decoración de su fachada, es en tonos azul turquesa y rosa, sobre fondos amarillos. La sala de oración tiene planta cuadrada, con una gran cúpula circular decorada con lujosos azulejos.
MEZQUITA DEL IMÁN
Se encuentra al sur de la plaza de Naghsh-i Jahan y está considerada una de las más bonitas del mundo. Mandada construir por Abbas I entre los años 1612 y 1630 es la obra maestra de la arquitectura persa.
GRAN BAZAR
Situado al norte de la Plaza de Naqshe-e Jahan, es uno de los más bonitos y tradicionales. Está formado por galerías cubiertas y cúpulas redondas, callejuelas, patios, caravanserais, tiendas, talleres…, a lo largo de unos cinco kilómetros. Entre otras cosas, en él se puede encontrar artesanía de oro y plata, esmaltes, alfombras, antigüedades y pintura en miniatura.
PALACIO CHEHEL SOTUN O “PALACIO DE LAS 40 COLUMNAS”
El edificio se alza en medio de un gran jardín de la ciudad, en uno de los extremos de un largo estanque, en el cual se refleja. Parece que empezó a edificarse durante el mandato de Shah Abbas el Grande y que se terminó durante el reinado de Shah Abbas II, en el final del período safávida. Fue destinado a las ceremonias oficiales y otros eventos de la corte, siendo el lugar donde recibía a los embajadores y dignatarios de otros reinos. Su gran sala de audiencias, situada en la parte central del edificio, es abierta y comunica con otras estancias. El pórtico principal es sostenido por veinte columnas de madera que parecen 40 por el reflejo del estanque, si se mira hacía el Palacio, motivo por el que es conocido como “Palacio de las cuarenta columnas”. Las dependencias interiores están adornados con cuadros representando escenas de la corte, finas y delicadas miniaturas y cuadros de caligrafía. PUENTES MEDIEVALES Hay once puentes que cruzan el río Zayandeh y conectan sus orillas por diferentes lugares de la ciudad, que son el orgullo de Isfahán y lugar de paseo de sus habitantes. Hay tres que destacan por su antigüedad, su construcción….. El puente Sharestan, es el más antiguo (siglo XII), construido en piedra y ladrillo es el más lejano del centro. Su sencillez y su pequeño tamaño lo llenan de encanto, encerrando en él toda la fuerza del medievo islámico. El puente Khaju, es el mayor y el más bonito. Mandado edificar por Abbás II, tiene dos alturas y una cuidada decoración a los lados de la calzada que lo atraviesa. Es un ejemplo de sofisticación y equilibrio. El puente Si-o-Seh Pol o puente de los treinta y tres arcos, fue construido en 1602 y es uno de los símbolos de la ciudad. Es uno de los más concurridos, y en sus bajos, casi tocando el agua, se encuentra una de las casas de té más conocidas de la ciudad.